lunes, 20 de julio de 2015

CARTA A MI EM

Llevo siete años diagnosticada ya, tu cumpleaños fue hace pocos días. En todo este tiempo jamás te he reprochado nada. Fuiste algo que asumí desde el principio, sin plantearme en ningún momento cosas que sé que mucha gente, de forma más que legítima, se pregunta alguna vez tipo 'por qué yo?'. Tras el diagnóstico (me temo que peco de conformista, quizá) estuve unos días, no recuerdo con exactitud pero me extrañaría que hubieran sido más de uno o dos días, que me acostaba a dormir la siesta (tras nueve días ingresada por tu culpa me dejaste/dejaron con los horarios completamente alterados) y me ponía a llorar, sin pensar ni ser consciente exactamente de todo lo que se me venía encima. Luego nos fuimos mi madre y yo a Las Palmas, como muchos años. Teníamos ya los billetes. Y aunque yo no era consciente de ello, sí he sabido después que no era 'yo' en todo mi esplendor, que se me notaba triste, abstraída... Cuando volví a casa en agosto, un mes después de que nos presentaran, tenía que pasar el tribunal de valoración de minusvalía. Fui yo la que le dijo a mi padre que sí, que moviera los papeles de la invalidez y lo que hiciera falta. El casi ni se atrevía a sugerírmelo pero fui yo la que te miró a la cara para decirte que no te tenía miedo. Y fui al tribunal... iba cagada! Pero a partir de ahí, seguí con mis clases particulares porque ni se me pasó por la cabeza ni por un micro segundo el dejarlas. Ya en ese momento me habías quitado muchas cosas pero no pensaba darte el placer de verme lloriqueando por lo perdido ni dejar de luchar por lo que sí que podía seguir haciendo. No había universidad porque me habías quitado la autonomía para caminar, entre muchas otras cosas, y lo único que tenía que hacer era cambiar mi rutina para lograr que tu fatiga me permitiera estar lo más fresca posible para la tarde. Y el resto de cosas que no me permitías hacer, las asumí con una facilidad pasmosa.  Eso siempre me dio miedo. No podía ser normal. Pero así fue. El no poder escribir, el no poder cortarme la comida, el tener que convertirme en zurda forzada por tu culpa para todo, el no poder pintarme (ahí te he ganado, ya sí lo puedo hacer)... en definitiva: el ser dependiente. Y por esto mismo me mata que me digan que no tengo asumida la enfermedad. Porque es como decirme que  has ganado. Y no lo has hecho, ni por asomo. Sí, me he sentido, y me siento, impotente a veces de no poder salir un momento a comprarme un archivador (caso verídico, la primera vez que sentí esa impotencia), por no poder coger un día de aburrimiento e irme al cine... Cada vez es más difícil, pero aún así, NO HAS GANADO. Es más, por primera vez en todos estos años te diré que que por primera vez estés así, te digan de tu presencia, te den un 71% de  minusvalía, sigas con tu vida, aceptes las cosas que no puedes hacer y encima lo lleves bien, siempre pensando en mejorar, que la gente (vecinos y poco más) alucine y elogie la alegría con la que llevas todo y que vas mostrando... y todo viéndote siempre agarrada a tu madre, no es lo que yo llamaría precisamente 'no tener superada una enfermedad'. Es llevarla de puta madre! Y a tí, calvo de m***, te diré que no creas después de estas palabras que te voy a dedicar más tiempo porque no, porque no merece la pena y porque no me da la gana. Me quejaré por un dolor, por un mareo, por alguna de las mil maneras que tienes de recordar que estás ahí pero ya forman parte de mi vida y no te haré el honor de darte el reconocimiento que buscas. Pero como la sinceridad es la base de toda buena relación te diré que me has jodido la vida. Cierto que no eras el causante primero de mi vida social escasa pero sí que lo fuiste de que la poca que tenía, emigrara como si esto fuera algo contagioso. Por tu culpa, necesitaba ayuda para todo cuando nadie me prestaba esa ayuda. Por tu culpa, me he tenido que tragar esto sola salvo cuando alguien decidía hacer su gran obra de caridad anual. Por tu culpa, la gente ha pasado de complicaciones y se han largado. Por tu culpa, por primera vez me están ofreciendo la posibilidad de ir a la playa o piscina, y no me has dejado, y la gente eso de que digas que 'no' a algunos planes, lo lleva muy mal porque eso implica 'teóricamente' preguntar e interesarse, y eso nos lleva al punto de partida. Sola. Y gracias a tí me es sumamente complicado conocer gente porque no me dejas salir yo sola. Y gracias a ti no tengo amigos, un amig@ con quien poder hablar de todas estas cosas y poder desahogarte. Porque todo esto es como un círculo vicioso que iniciaste tú. Gracias a ti ya no sé ni cómo hablar con la gente. No sé ni cómo hablar con ellos y contar lo que me pasa en un momento determinado sin que parezca que me quejo, que quiero dar pena, o sin mentir por  decir que estoy bien cuando no es así simplemente para ahorrar el 'mal rato' a la persona. Porque esta gente como que mucha empatía no muestra. Y tú eres el que ha provocado que viva en esta dicotomía de si contar las cosas (lo justo! no la retahíla que ni podría porque yo misma olvido las cosas una vez han pasado) o si hacer como que todo guay y mentir descaradamente. Aunque claro, aunque mienta muchas veces no me permites salir ni hacer nada con lo cual tendré que decir lo que tengo, generalmente en versión apta para todos los públicos. Y es tu culpa que no sólo tenga que quedarme en casa sino además siendo consciente de que ni me creyeron. Claro que no saben nada de la enfermedad ni preguntan y esa falta de empatía o interés no es culpa tuya. Sí lo es que tenga que comprobarlo en mis propias carnes y que esté más sola que la una en todos los sentidos. Y culpa tuya que vaya empeorando antes de encontrar el amor. Si no lo había encontrado antes, tú ya me lo pones en bandeja no? Con 34 años, sin vida social, viviendo con mis padres, tú has conseguido que tenga la sensación de que mi vida ha sido inútil hasta ahora y así seguirá hasta el final. Tú has conseguido que la mitad de las noches me vengan a la cabeza ideas varias, de mi futuro, de un futuro en soledad. Tú has conseguido que alguna vez me sienta tan chiquitita cuando he necesitado, cuando necesito, ayuda para que me vistan , para que me partan la comida, cuando necesito que me acompañen al servicio... en cientos de ocasiones. Y cuanto más nos conocemos , más y más chiquitita me voy sintiendo por todo lo que me has quitado y lo que me vas quitando, la posibilidad de una vida normal, con un trabajo (o paro) normal, con la posibilidad de conocer gente en ámbitos diferentes, la posibilidad de quién sabe? Conocer al amor de mi vida o algo así? Porque ahora, créeme, como alguien sabio me decía 'imposible no hay nada mientras estás vivo' pero digamos que tal y como me has dejado hasta el momento ya te vale! imposible no será pero bastante improbable, sí que será. Y ni eso podré tener gracias a ti. La verdad es que con amigos como tú, quién necesita enemigos? Y te diré por última vez: me has jodido la vida, sí. Y no volverás a oírlo porque no, porque llevamos 7 años de una buena relación y si nunca me detuve a hacerte mucho caso, ahora tampoco lo voy a hacer. Eso sería darte y el gusto y no me da la gana. Conmigo no vas a poder. Podrás hacer los esfuerzos que te dé la gana, me lo podrás poner todo lo difícil que quieras pero jamás quedarás por encima de mí. Incluso en los momentos, muchos, en que me veas casi hundida, no te confíes porque siempre voy a recuperarme. Porque soy fuerte. Más fuerte que tú. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario