viernes, 18 de enero de 2019

NAVIDAD Y UN POCO MÁS

Y se acabó la Navidad... Muchos más felices que las perdices, lo sé. Yo no tanto pero creo que se debe en gran parte a que la gente suele tener que 'cumplir' con miles de compromisos familiares y acaban hasta donde todos sabemos. No es mi caso, más que nada porque mi familia granadina es como minúscula y tampoco excesivamente unida y la familia canaria, más corta aún, pero a tomar por saco que están así que nada, jajajaja. Aún así, yo hace mucho que no disfruto de unas Navidades, en el sentido estricto de la palabra por lo mismo de siempre: la logística / situación familiar. Y pudiera parecer que no me gustan pero sí que me gustan... Cuál es el problema entonces? Pues que me pasa lo mismo que con mis cumpleaños, que a mí no me importa cumplir años, lo que sí que me importa es sentir que yo cumplo años (que sí, que hay que agradecer que puedes contarlo, y bla bla bla, hasta ahí llegamos) pero yo sigo exactamente en el mismo punto de mi vida, así en plan 'observadora de la vida desde un palco de honor'. La vida va pasando, la gente va evolucionando, a nivel profesional, familiar y de to', para bien y para mal como todos, pero evolucionan. Yo no. Y los cumpleaños sólo me sirven de recordatorio de eso que a ver, una trabaja para llevarlo medianamente bien pero tampoco es una vida de ensueño. Pues algo así me pasa con la Navidad. Mi padre, mi madre y yo. Fin. Un poco tristoncilla. Pero este año hubo una mejoría sustancial! Mi hermano, que ha estado viviendo en Chile durante 8 años si no recuerdo mal, hacía 6 años que no pasaba la Navidad en casa. Pero este verano lo pasó aquí y se fue pero no a Chile sino a Gran Canaria!!!!!!!!! La diferencia es sustancial, eh? jajaja. Así que ha pasado la Navidad enterita aquí!!!!!! Los 4 otra vez juntos! A ver, no es que haya cambiado todo excesivamente pero para mí, casi una vida de desenfreno!!! Entre las salidas con la fisio al cine y con mi hermano, especialmente un día que fuimos al cine a ver la peli de Queen (me encantó!!!!!!!!!!!) y ya estuvimos por el centro comercial comprando algunas cosillas, en un mexicano (ése no me encantó tanto pero a quién le importa? no está la cosa como para ponerse delicados). Nos volvimos en taxi, que le costeamos lo menos una cuarta parte de la cena de Nochevieja, madre mía! Eso sí que me dejó traumatizada, qué precio!!! Yo  iba delante (desde que tengo la esclerosis tiene que ser así.... ese misterio aún sigue sin respuesta. No tengo ni idea de por qué es, pero la cuestión es que es, jajaja) e iba viendo el contador. La madre que lo parió! Si aquello iba a una velocidad subiendo que parecía que estaba corriendo el Tour de Francia! Mi hermano cascando con el taxista y yo de los nervios que aquello no paraba y quedaba un buen trecho aún! :) Y finalmente salió por un pico pero mereció la pena. Mucho. Y el resto de la Navidad... una cosa destacable. Imsomnio. Le dio por ahí a la chavala, qué le vamos a hacer... Por cierto, la 'chavala' es la esclerosis, por si quedaba lugar a dudas. Tuvo su punto la cosa porque los peores días -bueno, noches para ser exactos- fueron la noche anterior al día 24 y la anterior al día 31. Debieron ser los nervios, estoy segura, Miedo me daba la noche anterior al día de Reyes, que si me puse nerviosa con la Nochebuena, imaginaos el día antes de venir los Reyes Magos!!! Que se portaron muy bien, he de añadir. Pero esa noche precisamente, dormí. Buffff! Menos mal! ;) Eso sí, para celebrar las fiestas como debe ser, la enfermedad me hizo un regalo precioso. Precioso y original. Porque duró poco que si no, me hubiera visto obligada a devolverlo. Una de esas fabulosas noches de ojos como platos en que vas viendo pasar los minutos, horas...  estaba yo cómodamente tumbada a la espera del sueño -vale, sueño ya había pero se quedó en modo estático, ni pa'lante ni pa'trás) - y de repente surgieron de la nada una especie de oleadas desde los pies hacia arriba como de fuegos artificiales, cada uno con su trayectoria bien diferenciada. Una hilera de quemazón, otra de cosquilleo. otra de hormigueo... mientras la traca final se centró en una intensa a la vez que original sensación de cosquilleo que se iba convirtiendo en un tornado de fuego. y todo ello en el pie. Estuvo graciosa la cosa.... Más o menos...

Pero las fiestas se acabaron así que vuelta a lo de siempre. Y mi pelo empezaba a reclamar su dosis de tinte. Bueno, tocaba hacía ya pero total, para lo que salgo y cuando salgo me pongo algunas de mis gorras... las canas no se ven! Que tampoco son tantas, eh? Aún así, viva las gorras! Pero ya. Ya si que sí que además sigue saliendo el color rubianco con el paso de los días. Hasta los h******! Llega el día de la cita. Amanece. Vale, amaneció hace ya horas pero yo acabo de amanecer. No prejuzguéis! Qué ilu! Volveré a ver mi pelo de mi color. Me levanto. Me visto. Me aseo primero, que una es muy limpita. Y mi atención se va directa a un punto: mi cuello. Ahhhh! No puedo echar la cabeza para abajo! Espasticidad. Qué maja ella. Y pienso: podré ir a la pelu así? Porque a ver, sobre todo lo que es lavar la cabeza en una pelu no es que sea lo más cómodo del mundo mundial... Pero no desistiré. Hasta las 5.30 todavía queda. Estiramiento por aquí. Estiramiento por allá. Algo va mejorando. Sólo 'algo'. Y se aproxima el momento de tomar una ardua decisión. Voy o cancelo la cita? Lo suyo sería cancelar pero...... Quién me asegura que el siguiente día que me den hora, no voy a estar peor? No necesariamente de lo mismo, puede ser un peor- peor..... Tic-tac. Tic-tac. Ok, Decisión tomada. Iré. Lo más que puede ocurrir es que, o bien no pueda incorporarme del lavadero de cabeza (que tendrá un nombre pero no me sale en este momento) o que llegue a casa con el cuello en plan 'palo de la escoba'. Cosas peores se han visto! Así que voy. Y mi cuello se porta como un campeón. El mareo no tanto que las luces halógenas de la peluquería me matan pero eso me pasa siempre. Y vuelvo a casa con mi pelo teñidito y cortadito (qué coñazo esto de igualar el pelo desde que me lo corté- corté- bien cortado este verano). Hace frío. Hacía frío en la pelu. El cuello duele menos de lo que esperaba, Pero duele. Moverse no se mueve mucho pero es que no se puede ser tan exigente! También duelen las manos. Y las piernas. Y la espalda. Y la cabeza... Pero nada especial. Nada novedoso, Cena. Tele. Cama. Y sueño reparador! Bueno, reparación de las nuestras pero reparador. Y sin pastillas!!! He estado 5 días durmiendo como Dios manda! La racha se fue al carajo esta noche pero oye, es todo un hito.

Y vuelve a amanecer. Y sí, ya amaneció hace horas. Con mi pelo tan bonito. Rato con mi gato en la cama. Ya va siendo hora de levantarse! Frío. Cansancio. Pero no te acabas de levantar? Literalmente. Dolor  de cabeza. El alma pesa. Mucho. Pasa el día. Das 2 agotadoras clases. No tan agotadoras! Pero lo estoy. Y pienso: por qué estoy tan hecha fosfatina? No he hecho nada... No he hecho nada... No he hecho nada... Uppps! Sí que he hecho! AYER FUI A LA PELUQUERÍA.

Así que, hemos vuelto a lo de siempre o no? Bueno, realmente, lo de siempre es que nunca se fue.