viernes, 26 de febrero de 2016

EXPEDIENTES X

Y pregunto yo... uno de esos enigmas indescifrables... en el mundo de l@s esclerótic@s... Por qué puedes estar varios días hasta eufórica, activa (dentro de la actividad que permite el pariente plasta?) y de repente plof! Al pariente le da por chuparte las fuerzas así en plan extraterrestre... porque todos sabemos que eso es lo que hacen los extraterrestres! Chuparte las fuerzas, abducirte y esas cosas que vemos en Expediente X ... Pero cómo ha podido acabar así la mini temporada!!!!!... Nada, nada, volvamos al relevante tema que nos ocupa. Lo de hacer que te dé sueño ratos más, ratos menos ya no tengo tan claro que sea algo en lo que ocupen sus ratos libres los ET's varios pero al pariente plasta debe extasiarle ver cómo intentas con todas tus fuerzas aguantar como una campeona entre bostezo y bostezo. Ahí me lo veo yo, esperando ansioso a ver cómo te las apañas para dar tus clases procurando aparentar ser una profesora diligente que se gana su birrioso sueldo mientras él espera, sentado cómodamente en su sofá (que es como te apetece estar a tí precisamente), a que metas la gamba de forma estrepitosa. Pero no! Vale, algo de sueño puede que los alumnos perciban, más que nada porque habría que estar muy mal para no darse cuenta! Peeeero en definitiva, ellos también lo tienen, das el pego porque es como el cazador que se hace uno con el entorno para capturar su presa no? Y así, con ese esfuerzo ingente al que ya estás acostumbrada logras acabar tu par de clases (porque admitámoslo, matarte lo que se dice matarte, no lo estás haciendo. Cierto que ya estas 'matada' antes casi de llegar al punto de partida. Oh! Qué cierta la Teoría de la Relatividad! No creo que vaya de esto precisamente pero me vale. Soy de letras, lo siento!) y últimamente, desde que tu gurú de los tratamientos varios te mandó esa maravilla de la naturaleza (química, pero naturaleza al fin y al cabo) para mantenerte como un ser vivo que no sólo se limita a respirar sino también a interactuar, el pariente éste parece que está menos fastidioso pero con excepciones y ayer fue una de ellas. Debe ser que se sentía abandonado el hombre (Me refiero al pariente ehhh?) y ayer dijo de hacer acto de presencia. Y lo hizo a base de bien! Ni leer en plan lectora voraz me dejó. Más bien parecía lectora con el cerebro dividido (que de hecho lo está, lo sé, y encima agujereado cual queso gruyere) a la que una parte le decía: "quiero leer!! Que hace días que no lo hago y quiero saber qué le pasa a David Copperfield y a este ritmo me acabo el libro en 3 meses!" mientras la otra parte decía "tengo sueño! tengo sueño! cierra los ojitos!" (todo con una voz cantarina y con sorna. La voz de la tentación!) Intuyo que más que el cerebro paellero era el pariente quien decía estas cosas... O acaso serán el mismo? Sea quien sea, podían detener la montaña rusa de emociones y estados anímicos por los que pasas a lo largo de un día... 

Y ya que hablamos de bostezos... no se supone que se contagian cuando alguien lo hace delante tuya? Pues a mí no!!!!!!!! Debo tener un boquetillo en el cerebro en la sección: "plagiar bostezos ajenos"... En fin, si todo se limitara a eso, no estaría mal! 

viernes, 12 de febrero de 2016

GRANDES SACRIFICIOS

Si algo tiene esta enfermedad (cualquier enfermedad, doy por hecho) es su capacidad, por llamarlo de alguna forma, retorcida de hacernos pasar por el aro y tener que acostumbrarnos a cosas que no nos gustan. Y no hablo de lo estrictamente médico! Porque... quién no le coge el gustillo a sus análisis, sus revisiones, sus medicaciones varias y el largo etcétera que forma parte del pack completo?! (quien haya respondido "si" a esto, es muy masoquista eh??? Yo ahí lo dejo! Pero allá cada cual con sus aficiones!). No, me refiero a cosas más mundanas. Por ejemplo, tomar café. Horrible. Asqueroso. Detestable. Y ahora la mayoría estáis pensando que soy idiota, lo sé. A mucha gente le gusta el café. A mí no. Mucha gente disfruta con un café entre sus manos. Yo no. Hubo un tiempo, allende los mares (o los tiempos) en que hasta me gustaba! E incluso lo tomaba para desayunar! Por gusto! Os lo podéis creer?Y debía gustarme porque habría que haber sido gil***** para tomarlo sin gustarme! Cosas de la juventud juvenil. Unos fuman, otros beben café. Incongruencias de la vida... hoy te gusta el café, mañana no... hoy puedes caminar, mañana no... El hecho es que no sé en qué punto recobré la sensatez y dejó de gustarme. Fue una cosa paulatina.. En la cafetería de la facultad! Yo iba a desayunar... esos desayunos breves de los estudiantes que para nada buscan saltarse la próxima clase, lo que pasa es que ups! se me ha hecho tarde! Bueno, pues esos. Yo ya me tomaba mis cafés un poco a disgusto con lo cual, mi privilegiada mente universitaria (es que la universidad te hace abrir los ojos a las cosas importantes de la vida) dedujo que, quizás, y sólo quizás, ya no  me gustaba el café. El cuándo, el cómo, y el por qué de esa transformación ya no estaba al alcance de una humilde universitaria pero el caso es que así era. Ahora se trataba de una cuestión problema- solución. Y la sabia solución, no al alcance de cualquiera, era dejar de tomar café. Y así viví felizmente unos añitos....

... Pero entonces ocurrió. La enfermedad llegó y el apalominamiento también. Agilipollamiento. Mejor así? Cansancio + sueño + cansancio + sueño + ... Y llega un crítico momento en que tu vida pende de una decisión: tomar café o no tomar café para espabilar? Y decides que pasas, que casi mejor pruebas con el té. Mucho más bueno, dónde va a parar! Y tras un tiempo probando y resistiéndote a la evidencia, llegas a la difícil y dura conclusión de que necesitas el asqueroso y repudiado café. Venga, va, algo podemos hacer para salvar la situación!, te dices. Y empiezas a tomar café, del de verdad, del de cafetera, el de Colombia (bueno, o no sé de dónde, pero ése!). Y unos días, venga... La cuestión es que necesito 2 al día, mínimo! Eso es tentar a la suerte. Porque es un auténtico sacrificio. Hay momentos en que hasta te tienes que tapar la nariz para beber. Es una medicina más! Pero tus papis, que son geniales y muy listos, que por eso son papis, prueban a traerte de esos cafés en polvo que haces o con leche o con agua? Y tras varios intentos con los distintos sabores, empiezas a descartar el capuccino (buah!) y otros que ni recuerdo, Hasta que topas con uno que venga... va... Hasta tiene un pase. Tiene chocolate y todo! El café vienés. Y ese es el que se queda contigo como tu perrito fiel sólo que más caro. Y más asqueroso. El tema es que... 7 años tomando ese brebaje como algo obligado (ya has probado a eliminarlo de la ecuación pero va a ser que no) no trae nada bueno! Y aunque incomparable al sabor nauseabundo del café de verdad, cada vez te cuesta más y más y más tomártelo. Tiene sus momentos! Y cuando te ves en la obligación de tomar del otro, con una cara de asco que hace reir a todo el mundo menos a ti, te acuerdas con cariño y añoranza de tu café soluble (que por supuesto hace menos efecto  que el otro) y deseas ansiosa su regreso a casa, como el turrón.


***ACTUALIZACIÓN 2017: 

He vuelto al café de verdad. E insisto: asqueroso. Pero la vida es dura y cruel!!!! Aunque hace poco me pusieron un café en la calle que estaba soberanamente repulsivo, confirmado por mis padres, que a ellos si que les gusta. Y algo positivo salió de ahí!!! Temporalmente, imagino, pero algo es algo. Hoy tomé mis cafés. Siguen siendo asquerositos pero con el recuerdo de ese otroaún en mi caeza, recuerdo y paladar, hasta me han sabido un pelín, chiquitín, menos malo!  Un pelín eh? no os emocionéis!