lunes, 23 de octubre de 2017

NO DICEN QUE TODOS OLVIDAMOS COSAS...?

No poder fiarte de tu cabeza, de tus recuerdos, ni esos recuerdos en el tiempo y menos aun y lque es peor, tus recuerdos actuales. Que te digan que hace un rato dijiste 'blanco' cuando tú recuerdas haber dicho 'negro'. Que te digan que dijiste lo que dijiste (lo cual no tienes claro recordar o si lo que recuerdas es un recuerdo de esos que uno crea en su cerebro a base de repetición) de tal forma cuando tú recuerdas haberlo dicho de cuál forma. Pero es obvio que si lo dicen, por algo será. Tú sigues sin verlo pero qué vas a creer más, en el cerebro sano de los demás o en el tuyo que está de todo menos sano? Sería una tontería. Hace ya mucho que aprendiste a no fiarte mucho de tu cabeza ni de tus recuerdos y ese aprendizaje va a más. Es como el niño que va creciendo y va aprendiendo siempre un poco más, solo que tú vas al revés, vas aprendiendo a fiarte siempre un poco menos, y un poco menos... Hasta que llega el momento en que dudas de todos tus recuerdos. Dudas hasta de esas cosas que tan claras te parecen ver en tu mentiroso cerebro. Pero a la vez, sabes que no te miente siempre. Y cómo distinguir cuando sí y cuando no? Y si la culpa de todo conflicto de los últimos tiempos es culpa tuya a pesar de que tu cerebro te muestre que ha habido sensatez en tus actos? Pero... y si no la ha habido? 

Es como vivir en una neblina de la que no puedes salir, únicamente aprendes a convivir con ella y para hacerlo, has de aprender a fiarte de lo que te dicen otros, no de lo que tu cabeza te dice. Te puedes fiar de aquello que es obvio, tangible y el resto, simplemente, ve aprendiendo a auto engañarte. Puede que así des en el clavo. También puede ser que no y es posible que entres en una ardua discusión dentro de tu cabeza, algo así como un YO vs. YO , de la cual, salvo excepciones, la neblina se hará más espesa y si antes no veías nada claro, ahora será peor porque cada uno de los contendientes es bastante convincente. A quién creer? Necesitas un árbitro pero por ahora, un árbitro interno no es una posibilidad. Nos quedan los árbitros externos y volvemos a lo mismo. Tenemos... debemos... no sé qué verbo emplear, fiarnos de uno externo. 

Siempre dije que esto de los problemas cognitivos era lo que  peor llevaba y hoy día, a pesar de todo con lo que he de luchar, que no es poco, sigue siendo lo peor. Ver una película y no recordar lo que ocurrió hace 5 minutos, o que se acabe la peli y no recordar cómo empezó, casi ya ni te lo planteas que lo raro sería lo contrario. Leer un libro y olvidar el párrafo anterior, tampoco es una novedad (cuántos de vosotros tenèis que releer las cosas?). Olvidar mucho más de un libro que te acabaste ya... bueno, se puede sobrevivir. Pero en tu vida, en tu día a día, no es tan sencillo. Esa sensación de estar convencido de haber dicho o hecho algo , que te afirmen lo contrario y esa niebla te vaya rodeando hasta llegar el punto de decirte: vale, yo no me fío de mí misma así que tendréis razón. Y preguntarte, alguna de todas estas veces habré tenido yo la razón? No sé si es mejor pensar que no o que sí... Porque a todo esto, unamos la famosa 'emotional lability' (inestabilidad emocional) que ayuda más bien poco. Eso de que haya un síntoma, maravilloso él como todos los  demás, que se distinga por los cambios bruscos de humor y en el que las emociones van a su bola (terminología científica donde las haya) haciendo que muchas veces llegues a tener la sensación de que no tienes control sobre tus emociones, desde luego no es lo mejor para ganar en confianza sobre tus recuerdos.

Peeeeero!!!!!! Dicho esto! Ayer tuve uno de esos MOMENTOS, con mayúscula y con todas las letras! Resulta que el sábado pasado tuve una pequeña discusión con mis padres. Una estupidez. Hablábamos acerca de mi colegio de E.G.B., dónde quedarán esos tiempos! Y la discusión, digna de llegar al Congreso, trataba sobre dónde quedaban algunas áreas tipo el salón de actos, los patios... Importante tener en cuenta que hace como 20 años que estuve allí y que el colegio precisamente pequeño no era. Y llegamos a un punto en que mis padres decían que X estaba en un sitio y yo decía que estaba en otro sitio. Y ahí quedó la discusión justo por lo que antes os comentaba. Pero en el fondo, estaba bastante convencida de tener razón. Y esa noche, cuando las ideas estúpidas suelen aparecer, me vino a la cabeza una imagen bastante nítida del colegio, de cosas que ni recordaba. Pensé que con un poco de suerte, o un milagro, por la mañana igual lo recordaría y podría decírselo. Y así fue. Se lo dije. Y yo tenía razón!!!!!!!!!!!!!!! Vale, es una chorrada alegrarse tanto por tener razón en algo tan insignificante pero, qué queréis que os diga? Fue una pequeña-gran alegría!!!

Pero... TODOS OLVIDAMOS COSAS, verdad?  

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